Mi día empezó de manera poco usual: escuché pasar por la calle -aproximadamente a las cuatro y media de la mañana- de mi urbanización, un camión con la música a todo volumen -para ser más específicos-, con la tan conocida canción de Diego Torres, “Color de Esperanza”. Estaban exhortando a la gente a ir a votar. Pero para mí, lo que ocasionó fue una fuerte presión en el pecho; el tan esperado día había comenzado.
En lo transcurrido de la mañana, podíamos darnos cuenta que no estaba siendo un día de elecciones como los anteriores. Las personas no habían madrugado como solían hacerlo, las colas en los centros de votación no eran extremadamente enormes como siempre y, a diferencia de otras veces el proceso de votación estaba siendo bastante rápido. Pero nos venía a la cabeza ante estas inusuales condiciones: la abstención es masiva…
La travesía comienza
Me propuse dirigirme a tres centros de votación de mi zona para verificar por mí misma los ánimos que predominaban. Primero fui a la Universidad Nueva Esparta, donde las calles rebozaban de carros pero el volumen de personas no era descomunal; la gente me comentaba que las mesas habían abierto entre siete y siete y media de la mañana, que todo había ocurrido fluidamente y sin inconvenientes. En un principio, al ver a la guardia nacional, pensé que recolectar información no iba a ser tarea fácil, pero como si nada me acerque y pude tomar fotos hasta a las mesas de votación.
Mesa de votación en la Nueva Esparta
Las calles que rodeaban la Universidad Nueva Esparta
Pero en el Colegio Los Arcos, no corrí con la misma suerte. Al llegar al sitio como tal de votación, un guardia nacional se me acercó y me expresó que estaba prohibido tomar fotos, lo cual me sorprendió después de no haber tenido percances en el centro anterior. Le pedí que por favor me llevara a donde el jefe de la guardia de ese centro, el cual me atendió inmediatamente. Me dijo que sin credenciales no podía permitirme tomar fotos. A lo dicho por el mismo no me opuse, pero entonces fue a él, a quien realicé mis preguntas: me informó que aproximadamente para esa hora (11:30am) habían votado unas 1.500 personas de 3.000, que no habían tenido inconvenientes y había sido muy rápido; al igual que en el centro anterior. Este guardia sintió curiosidad, y me preguntó que en cuál universidad estudiaba yo, a lo que respondí, en la Universidad Monteávila. Él se mostró como si nunca hubiese oído aquel nombre, pero que ironía tan grande, porque cuando tienen que atacar a sus estudiantes si sabe perfectamente dónde queda. El nombre de este guardia era Alejandro Yutsi; en realidad no tengo total seguridad de su apellido, pues estaba más interesada en que me informara acerca de mis dudas.
Al llegar al tercer centro, el polideportivo de la Boyera, fui más precavida y busqué directamente a la directora del centro, le expliqué lo que me había ocurrido en Los Arcos, y ella me ayudó de una forma que me encuentro muy agradecida. Me escoltó hasta las mesas de votación y me cubrió para que pudiese tomar fotos. Además me dijo que algo fuera de lo común había pasado: que hacía unos veinte minutos habían llegado entre unos ocho y diez guardias más, con colchonetas, además de los que ya se encontraban ahí desde el día viernes; que su actitud era hostil, a diferencia de los otros guardias y que en realidad lo que buscaban era infundir miedo en las personas que ejercían su derecho.
Ahora la larga espera
La tarde transcurría con especial nerviosismo, un cambio había ocurrido, los centros de votación se estaban llenando hacía horas de la tarde; muchos dicen que fue una estrategia, para que luego de votar pudiesen permanecer en los centros como testigos de mesa, y vigilar este delicado proceso.
Entre hora y hora, llegó la noche, esperando esa respuesta que todos los venezolanos querían escuchar. En los noticieros se nos informaban que dentro de poco nos darían un resultado aproximado de la tendencia que tomarían los resultados, pero nos tuvieron a la espera hasta la una y media de la madrugada para poder saber esos resultados que cambiarían nuestra historia.
El día de hoy representa un nuevo comienzo, donde el pueblo se dará siempre a escuchar y jamás, lean bien, JAMÁS, se dejará reprimir por un sistema totalitario y antidemocrático.
VIVAN LOS ESTUDIANTES, VIVA LA DEMOCRACIA Y VIVA VENEZUELA SIEMPRE!!!!!!